Etty me anima a seguir peregrinando por la vida de manera más ligera y dejando fluir las palabras, las emociones, todo mi bagaje interior que me conforma y a la vez, me transforma tomada de la mano de Dios.
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Etty me anima a seguir peregrinando por la vida de manera más ligera y dejando fluir las palabras, las emociones, todo mi bagaje interior que me conforma y a la vez, me transforma tomada de la mano de Dios.
Muchas veces en mi vida he tenido la esperanza de que algo suceda, pero de la forma que quiero y cuando yo quiero, sin darme cuenta que los tiempos de Dios son diferentes y que ese esperar CON FE debe ser lo que me mantenga.
Nadie puede matar el amor universal que ella no sólo fue dejando que crezca en su interior, sino que se animó a derramar sin medida en los demás. Amor que sana, consuela, acompaña.
La vida no tiene sentido si no ves a Dios en ella porque sería como tratar de llenar un vaso con piedras; sin importar cuántas pongas o de que tamaño sean, no se llenará porque no es el material correcto.
He tenido la posibilidad de realizar junto a Challenge Internacional, una peregrinación presencial por “Los lugares de Etty Hillesum”. Poder recorrer “sus lugares” me ha regalado sumergirme en el túnel del tiempo espiritual.
En tiempos de cuaresma mi corazón se va ensanchando cada vez más al ir dejando atrás “ideas preconcebidas” que desde mi niñez solían alejarme del Dios amoroso de Jesús, el cual conocí y sigo conociendo de distintas maneras.
Os estaréis preguntando qué tiene que ver esta historia con Challenge Internacional. Quiero contaros mi experiencia y la conclusión a la que he llegado a través de ella.
Al afrontar la segunda mitad de nuestra vida, nos encontramos con algunos desafíos que debemos asumir. Te invito a compartir algunas ideas basadas en el pensamiento de Carl Jung.
Permitidme que en estas fechas tan entrañables brinde por aquellos que hoy lleváis un Belén en vuestros corazones, un Belén lleno de paz y amor misericordioso. Brindo por todos cuantos disfrutáis haciendo de este mundo, un lugar mejor.
No hacen falta grandezas para saber que Dios existe, sólo hace falta un corazón dispuesto a escuchar. Cristo está aquí, pero eso sólo lo puedes creer tú. Así que mira a la cruz, mira a ese amigo que dio su vida por ti.
En su libro “La felicidad es una tarea interior”, John Powell nos invita a desaprender todo lo que nos impide crecer. Nos invita a aceptar la plena responsabilidad de nuestras vidas con una mirada compasiva.
La escritura nos ayuda a reconocer aquello que nos pasa. ¿Algo está ocurriendo que me afecta? Muchas veces nos quedamos rumiando en nuestro interior aquello que vivimos y sólo se queda en nuestros diálogos interiores.
Cuando festejamos a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael eso significa que nuestra vida está cuidada. Son seres que se ocupan de cuidarnos, de protegernos y orientarnos; pero siempre respetando nuestra libertad.
Una sonrisa, eso es todo. Este pequeño detalle puede cambiar vidas. Una sola mirada de cariño puede transformar la vida de alguien de manera increíble en solo unos segundos. Y tú estás llamado precisamente a esto.
¿Estás dispuesto a descubrir a alguien que te acepta tal y como eres, con tus virtudes y tus defectos, alguien para el que no eres un simple número en un perfil de Facebook, Twitter o Instagram?
Nuestra conducta cotidiana se suele ver influenciada por diferentes factores internos y externos: motivaciones, necesidades, anhelos, posibilidades, límites… un combo de ingredientes que nos impulsan a actuar de distintas maneras.
Como fieles seguidores de su palabra estamos llamados a dejarnos guiar por Él y cumplir su voluntad. Y esa voluntad no es otra que el firme propósito de amar como Él nos ha amado.
En nuestra vida cotidiana solemos considerar el valor de la libertad como algo externo que procede o es concedido desde afuera y pocas veces la pensamos como el fruto de nuestra forma de vivir interiormente.
Con Cristo el lamento se convierte en baile, se devuelve la alegría. Las circunstancias ya no son un yunque porque Él hace nuestra carga liviana. Él nos da paz en medio de la tormenta. Es el pararrayos en la tempestad.
La realidad de la vida cotidiana nos pone cada día de cara a la condicionalidad del amor con la que nos encontramos momento a momento. La aceptación es un tesoro difícil de encontrar.
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