WikiCommons / Photo illustration by Katie Kosma
Puedo espejar mis luces y mis sombras en ella… como ella bien lo dice: “lo llevamos todo dentro”: lo que nos enorgullece y lo que nos avergüenza; la posibilidad de bien y de mal de manera inimaginable; el despliegue de la naturaleza humana a tope, sin medidas.
Poder asomarme al proceso interior que Etty realiza en los últimos 34 meses de su vida me permite ser testigo de una gran transformación interior. De un crecimiento vital que puede desplegarse cuando uno se anima a una sincera y profunda exploración interior. Y cuando puede sincerarse con los distintos aspectos de su vida y con su propia historia personal, familiar, histórico-geográfica, valorativa, etc. Una mirada integral, holística, que nos regale un panorama de todo lo que ha colaborado para que hoy sea quien soy…
No da lo mismo nacer y vivir en un determinado país, zona, región, que en otra…
No da lo mismo vivir y empaparse de una determinada cosmovisión, valores, creencias, que en otra…
No da lo mismo tener una determinada educación, formación, profesión, que otra…
Somos lo que nos va constituyendo a lo largo de nuestra vida… preciosa conjunción de historia genética y de experiencias de socialización. Pero hay un núcleo vital que nos iguala a todos. Una esencia, un perfume que brota con fuerza desde lo más hondo de nosotros si lo permitimos.
Y la vida de Etty ha sido una clara muestra de ello. Con cuestiones familiares que ha padecido y con dones que ha recibido como grandes regalos…
Sin embargo, el “paquete” que constituye lo que somos en un determinado momento de nuestras vidas, se atreve a interpelarnos. Y nuestro verdadero “sí mismo” (lo consciente + lo inconsciente que nos habita), pugna por desplegar toda su verdad. Anhelamos transformarnos en esa persona que estamos llamados a ser. La necesidad de verdad, congruencia y autenticidad se ponen de manifiesto con su máximo esplendor. Vivir de tal manera que lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos estén totalmente en sintonía, se vuelve una necesidad imperiosa.
Como nos muestra Carl Jung, ya no prima vivir desde afuera -desde los reclamos e imposiciones exteriores: familia, amigos, sociedad- sino que necesitamos vivir desde adentro… desde lo que sinceramente sentimos como propio, como genuino, en verdadera consonancia con nuestros propios valores, deseos y anhelos personales. Lo que parece imponerse desde el exterior, ya no nos sirve. Somos cada uno de nosotros -de manera única y personal- quienes, despojándonos de condicionamientos exteriores, elegimos el menú de nuestras vidas.
Contactar con aquello que habita dentro nuestro, nos invita también a un precioso proceso de sanación interior. No se trata sólo de sonreír con las rosas, sino que también nos tocará lidiar con las espinas –de eso se trata la vida-. Y este camino es probable que no nos resulte “cómodo”, pero nos regalará mucho fruto.
Seguramente las circunstancias externas han influido mucho para ello. En 1940 los nazis invaden Holanda y –por más que la amenaza no se revela rápidamente- poco a poco en Etty va gestándose la conciencia de limitaciones exteriores y de amenazas en su propio corazón… Y esta conciencia ha realizado un trabajo estupendo en su interior. En lugar de sumirla en el miedo y la desesperación, le fue regalando una mayor conciencia acerca de la belleza de la vida. A medida que iba perdiendo libertad exterior, se multiplicaba su libertad interior, su amor y su anhelo y capacidad de donarse a los demás.
Etty conoce a quien será “el partero de su alma” el 3 de febrero de 1941 y ahí –como ella misma lo señala- sentirá que se le ha regalado un nuevo nacimiento… tal vez como el que Nicodemo descubre en sus diálogos con Jesús. Y bastarán muchos menos que los 34 meses que la separan de su asesinato en Auschwitz el 30 de noviembre de 1943 -según algunos datos de que se disponen-, para que pueda recorrer el camino de transformación de la oruga que le permite transformarse en una mariposa en plenitud.
En ocasiones le rehuimos a ese proceso interno, proceso que nos regala una nueva vida, más allá del dolor que a veces tenemos que experimentar al transitarlo. Como nos dice delicadamente Richard Bach en su libro “Ilusiones”: “Lo que la oruga interpreta como el fin del mundo, es lo que su dueño denomina mariposa”.
Es tal la conexión que alcanza, que incluso desea ayudar a Dios en medio de la realidad que le toca vivir. Se le regala la conciencia profunda de que no tiene cabida en este mundo ni una gota más de odio… que sólo puede derramar sobre las circunstancias y sobre las personas, un poco de su inmenso amor…
Hoy existen “otros campos”, otras discriminaciones, otras guerras, otros flagelos, no menos peligrosos y dañinos que las vivencias de aquellos tiempos.
Nos rodea la trata de personas…
El azote de la droga…
La manipulación y el sometimiento de gobiernos populistas y opresores…
La huida migratoria de tantas y tantos que ven amenazadas sus vidas…
El hambre que arrebata la vida de muchos…
…y así podríamos seguir con una larga lista de realidades inhumanas…
Sólo se trata de limpiar nuestra mirada y de dejar fluir lo mejor de nosotros desde lo profundo del corazón. Se trata de animarnos a dejar de lado lo que muchas veces una sociedad y un mundo mezquino nos proponen, para lanzarnos a vivir lo más genuino. Desenterrarnos y desenterrar al Dios que nos habita. Tener la valentía de enfrentar a tanta mezquindad presente, combatiéndola con la generosidad de nuestro propio ser.
Parece una gran utopía, pero no lo es. Etty nos lo ha demostrado con su propia transformación y con su propia vida. Podemos elegir con libertad… y allí –frente a las encrucijadas de la vida- nos podemos encerrar en el individualismo o podemos abrirnos con generosidad a la comunión con quienes compartimos la vida. Ese es el gran desafío para darle cabida a la transformación del mundo en que vivimos. Ese cambio, habita –al igual que en Etty- en nuestro interior.
¡Gracias Etty por tanto! Regálame seguir bebiendo de la fuente de tu vida. Regálame una mirada clara y una voluntad férrea. Que pueda animarme a soñar y a construir -en el presente de mi vida- un mundo mejor.
Con amor, tu hermana Mónica. 17/5/2023
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Magnifico testimonio. Espiritualmente Etty me está ayudando muchísimo. Gracias a tantas personas que me están ayudando a conocerla.
Bonita vivencia de Etty, me apunto también a seguir profundizando en su vida para testimoniar en la mía .