Imagen de Robert Cheaib en Pixabay

No, no es mi intención hablar de aquella mítica serie norteamericana de los 80 (Highway to Heaven) interpretada por el gran Michael Landon, serie que, dicho sea de paso, bien merecería un artículo por su magistral hilo argumental. Mi idea en esta ocasión pasa por hablar de un ser muy especial para quien la comunión, esa unión que experimentamos con Cristo cuando recibimos su cuerpo hecho pan, constituía su “autopista hacia el cielo”. Para quienes conozcáis su vida habréis podido deducir fácilmente que se trata del joven Carlo Acutis, nacido en Londres en 1991 y fallecido en Monza (Italia) el 12 de octubre de 2006 a la temprana edad de 15 años a causa de una fuerte leucemia. Un joven muy especial cuyo modelo de entrega a Dios y su desbordante fe le llevaron a ser beatificado años más tarde.

La Iglesia siempre ha reconocido a S. Luis Gonzaga como patrón de la juventud. Sin embargo, en la actualidad, Carlo Acutis, considerado patrón de la informática, bien podría ser considerado patrón de la juventud de nuestro tiempo. No en vano, hablar de Carlo es hablar de todo un símbolo de una generación de jóvenes conocida mundialmente como “millenials” o, lo que es lo mismo, una generación que creció con la tecnología y la cultura popular desarrollada entre los años 80 y 2000. De ahí que la juventud cristiana actual pueda encontrar en él un gran referente y todo un ejemplo de vida de fe, fe expandida a través el empleo de las nuevas tecnologías.

Los medios de comunicación son una herramienta muy poderosa para influir en el pensamiento de la sociedad. Si los analizamos desde el punto de vista de la influencia que estos pueden ejercer sobre los jóvenes descubrimos que sus efectos puedes llegar a ser muy perjudiciales pues logran arrastrarlos al consumismo, a la obsesión por el tiempo libre y la negatividad. En ese sentido, llama poderosamente la atención que alguien como Carlo, pese a ser un joven guapo, rico y con éxito, llevara una vida sencilla con unos valores cristianos de fe, esperanza y caridad muy sólidos los cuales trataba de transmitir tanto a sus compañeros de clase como a quienes ayudaba mediante sencillos actos de amor que contribuían de algún modo a mejorar sus vidas.

Su proyecto de vida, en palabras del joven Carlo, no era otro que el de “estar siempre unido a Jesús”. Su deseo de mostrar el inmenso y misericordioso amor de Dios a todos unido a su pasión por la informática le llevó a realizar el proyecto www.miracolieucaristici.org en el que aparecen reflejados una serie de hechos milagrosos en torno a la Eucaristía sucedidos en más de veinte países de todo el mundo. Y es que, sin duda alguna, para el bueno de Carlo, la Eucaristía era lo más grande que podía existir en el mundo. A esta exposición se añadieron otras tantas sobre las apariciones de la virgen, el purgatorio o los ángeles y demonios.

La profunda fe y el profundo pensamiento cristiano de Carlo quedan reflejados en algunos de sus mensajes:

• “La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios. La conversión no es otra cosa que desviar la mirada desde abajo hacia lo alto. Basta un simple movimiento de ojos”.
• “¿De qué sirve ganar 1.000 batallas si no puedes vencer tus propias pasiones? La verdadera batalla tiene lugar dentro de nosotros mismos”.
• “El cuerpo es templo del Espíritu Santo”.

Despojarse de lo material, de lo superfluo,… se nos antoja en muchas ocasiones una tarea complicada. Nuestra tendencia al pecado nos conduce al egoísmo, al individualismo y a realizar otra serie de acciones que nos impiden poner los dones con los que hemos sido creados al servicio de los demás, haciendo un mal uso o un uso inadecuado de los mismos. Es por ello que el beato Carlo Acutis centró parte de su corta vida a transmitir un mensaje de esperanza que permitiera huir de todo aquello que nos aprisiona, nos aísla y nos genera una falsa felicidad y, en el fondo, un sentimiento de soledad y un placer vacío que poco o nada nos aporta. Especialmente, entre los más jóvenes. Precisamente a ellos les habló de Dios y del plan que para todos y cada uno de ellos tenía preparado. Para conocerlo, solo basta con amarlo y dejarse amar por Él.

Un milagro acaecido en Brasil cuatro años después de su muerte en la capilla de Nuestra Señora Aparecida de Campo Grande en Brasil con la milagrosa curación de un joven enfermo propició que Carlo fuera beatificado el año 2020. Aquél que “no entendía que los estadios estuvieran repletos de gente mientras que las iglesias permanecían vacías” es hoy todo un ejemplo de santidad y, por qué no decirlo, de fe y esperanza en una sociedad más justa, humana y comprometida. Aquél cuyos restos actualmente descansan en la Iglesia de Santa María Maggiore también conocida como el Santuario del despojo en la ciudad de Asís para veneración de devotos y fieles.

La vida, nuestra vida, es, en sí misma, como un gran mapa repleto de senderos y caminos. Nadie dijo que nuestro caminar por la vida fuera fácil. Los cristianos debemos tener siempre presente que Jesús no es el camino fácil, pero sí el camino correcto y que, como bien decía nuestro amigo Carlo Acutis, en la Eucaristía encontraremos el camino más bello y más directo para llegar a Dios.

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