CUARTA REFLEXIÓN:
UN NIÑO NOS HA NACIDO, UN HIJO SE NOS HA DADO
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín.
Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque todas las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego.
Porque un niño NOS ha nacido, un hijo NOS ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz».
Is 9,1-5
ISAIAS 9, 1-5
En la liturgia de la Noche de Navidad la profecía de Isaías no deja de conmovernos.
Nos conmueve porque habla de nuestra realidad: somos un pueblo en camino, y a nuestro alrededor –y también dentro de nosotros– hay tinieblas y luces. Y en esta noche, cuando el espíritu de las tinieblas cubre el mundo, se renueva el acontecimiento que siempre nos asombra y sorprende: el pueblo en camino ve una gran luz. Una luz que nos invita a reflexionar en este misterio: misterio de caminar, de ver, de compartir.
En la primera reflexión de este Adviento cantamos:
EL MUNDO ESPERA TU VENIDA, ¡VEN SEÑOR!
En esta noche de Navidad asistimos al cumplimiento de la profecía de Isaías. Hay algo en este texto en lo que quiero situar la atención:
Leemos y decimos
NOS ha nacido, NOS ha sido dado y no ME ha nacido, ME ha sido dado.
Descubrimos, de este modo,
la dimensión eclesial, comunitaria y universal, comunitaria y de la Navidad.
Esta noche nos invita, nos exhorta, nos fortalece
para cambiar el yo por un nosotros.
EL NACIMIENTO DE JESÚS NOS HACE CAMBIAR EL YO POR UN NOSOTROS
Entonces el cuarto y último “gran desafío” de este tiempo de Adviento es:
CAMINAR
hacia Belén en las sombras,
pero no solos sino junto a otros.
y al llegar:VER
la luz brillante de Dios hecho hombre
y salir al encuentro de todos y de todo
para:COMPARTIR
la alegría
que nos provoca y regala
ese niño que nos ha nacido
ese hijo que nos ha sido dado
Dios nace para todos, por todos y en todos
Y el canto de espera se transforma en canto de alabanza y certeza
HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR
EL MESÍAS, El SEÑOR
Antífona del Salmo 95
Con la alegría de haber compartido este camino del Adviento caminándolo juntos te deseo que Jesús nazca en tu vida. Y que con el corazón renovado y lleno del entusiasmo de la Navidad podamos decirnos unos a otros:
¡Feliz Navidad! ¡Feliz Nacimiento!
Martín Palacios Añañós
Buenos Aires, Argentina
Domingo 19 de diciembre
Cuarta semana del Adviento 2021
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